martes, 12 de agosto de 2014

Paso canadiense en el camino de Malpartida-El Casar de Cáceres

Este paso tiene su historia: en una salida en bici de montaña con Carlos Pani,el maestro Urbano,Tito Salas y yo, al llegar aquí tuvimos un pequeño "incidente".



Uno de nosotros del que por respeto no diré el nombre
 al llegar al borde del agua se le olvidó sacar los pies de los pedales cayendo como es de suponer justo al lado del charco.

Esto no tendría mayor importancia si no fuera porque estas aguas son residuales.

Naturalmente la reacción inmediata de los otros componentes del grupo no fue auxiliar al caído sino partirse de risa.

Ante tamaña peripecia dos de los componentes (tampoco diré nombres) decidieron inmortalizar este charco con una buena muestra de arte rupestre (perdón,mejor rural) para que generaciones venideras de bicicleteros puedan admirar la gesta del caído y de sus acompañantes.

Así como los primeros homo sapiens dejaron su huella en la edad de piedra, esperamos que como evolucionados hominem surrotatus que somos (hombres con ruedas en latín, no seáis mal pensados) estas pinturas sobrevivirán al paso del tiempo y tal vez dentro de unos milenios cuando alguien pase por allí se preguntará que clase de gente pudo pasar calor,perder el tiempo y un bote de pintura haciendo estas tonterías.


Parece que no cubre,pero si pisas aquí hay que quemar los zapatos y amputar el pié:


Me lo pienso: ¿paso o me doy la vuelta?



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